Con sus matices, la primera fase de la venta de una franquicia no difiere excesivamente de la venta de un artículo o servicio al por menor. Competimos en un mercado en el que los conceptos de negocio se ofertan por categorías y rangos de inversión, en el que las centrales de franquicia deben acogerse a directrices mercadotécnicas elementales para posicionarse correctamente y llegar al público adecuado.
Logrado este primer impacto, será responsabilidad del director de franquicias, o persona delegada a tal efecto, el exponer con la mayor claridad posible su concepto de negocio y cuál es su perfil óptimo de franquiciado. Esta labor, lejos de ser comercial, debe ser ilustrativa y didáctica, de modo que el candidato reciba toda la información necesaria para tomar una decisión.
Los canales de comercialización de franquicias son tantos o tan pocos como los que el franquiciador conciba. A modo de ejemplo, destacar algunos como sectoriales, portales de franquicia, presentaciones, soportes publicitarios convencionales, marketing directo, entre otros.
La comercialización de una cadena de franquicia es una labor compleja que habitualmente, sobre todo en los primeros pasos de la cadena, es supervisada o dirigida por un profesional del sector, que guía al empresario en sus primeros pasos como franquiciador.